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lunes, 3 de febrero de 2014

La cebolla, antiséptico natural

En 1919, cuando la epidemia de gripe mató a 40 millones de personas en el mundo, hubo un médico en EEUU que visitó a muchos granjeros para ayudarlos en lo posible. Muchos contrajeron la enfermedad y murieron. Pero este médico llegó a casa de uno de ellos y, para su sorpresa, toda la familia estaba sana. La explicación que recibió el doctor fue que la esposa había colocado cebollas sin pelar en diferentes habitaciones de la casa. El médico no podía creer lo que estaba escuchando y pidió ver una de las cebollas para revisarla bajo el microscopio. En efecto, descubrió que el virus de la gripe estaba adherido a la cebolla, la había absorbido y por ello, la familia se había salvado.

Existen muchas historias similares, una de ellas, la de la dueña de un salón de belleza, quien colocó varios tazones con cebollas alrededor de su local. Ni las empleadas ni las clientas enfermaron. Sería interesante hacer la prueba la próxima vez que surja una epidemia o simplemente haya un contagio por gripe estacional. Otra persona comentó su experiencia personal al haber contraído una pulmonía grave. Su mujer se enteró de un caso en el que alguien cortó los dos extremos de una cebolla y la puso en un frasco grande. Después, colocó el frasco cerca del enfermo durante la noche. A la mañana siguiente, la cebolla estaba renegrida, cubierta de gérmenes y casi podrida. Y el paciente había mejorado. Es un hecho verídico que haber colocado cebollas y ajos dentro de las habitaciones salvó la vida de muchas personas durante la gran plaga en Europa hace años.

El ajo y la cebolla tienen poderosas propiedades bactericidas y antisépticas, lo cual ha sido desde siempre parte de la sabiduría popular. Un dato interesante: a veces tenemos problemas estomacales y no sabemos a qué atribuirlos. Quizá las culpables sean las cebollas, puesto que absorben bacterias y ése es el motivo por el que son tan beneficiosas para evitar que nos contagiemos de catarro o gripe. Por eso, no debemos comer una cebolla que, después de haber sido cortada, se haya mantenido sin tapar en la cocina. Ninguna sección de una cebolla partida debe quedarse en el plato, debe guardarse en un recipiente o en una bolsa de plástico y refrigerarse.

LAS SOBRAS DE LAS CEBOLLAS PUEDEN SER VENENOSAS
Durante una visita a una empresa fabricante de mayonesa en los EEUU, la persona que cuenta la anécdota narra que el químico les informó que la mayonesa puede estar sin refrigeración porque el ph se manipula de tal manera que las bacterias no sobreviven al estar sin refrigerar, y que lo que sucede en ocasiones, cuando alguien sale a pasar un día al campo y lleva ensaladilla rusa, ensalada campera o patatas al ali-oli, que llevan mayonesa, si después se pone enfermo no tiene nada que ver con la mayonesa que tomó, sino con las cebollas y las patatas.

Explicó que las cebollas son un gran imán para las bacterias, en especial las cebollas crudas. Nunca se debe conservar una cebolla partida a menos que se guarde en una bolsa zip-lock en el frigorífico. De hecho, nada más partirse, ya se empieza a contaminar. Por eso se debe tener precaución con las comidas que lleven cebolla cruda.

El químico dijo que si uno cocina la cebolla sobrante durante mucho tiempo, probablemente eliminará los efectos nocivos. Pero si se usan sobras de cebolla cruda en un sandwich posiblemente nos estemos arriesgando a tener algún problema médico. Tanto las cebollas como la patata cocida, esa que se utiliza en las ensaladillas, ensaladas camperas y patatas al ali-oli, van a atraer y a generar bacterias más rápido que una mayonesa comercial al descomponerse.

Resumiendo: es peligroso cortar una cebolla y utilizarla al día siguiente si no ha sido guardada perfectamente envasada. Si se deja al aire en la cocina durante la noche, seguro que al día siguiente ya estará llena de bacterias que podrían ocasionar infecciones estomacales.

Las cebollas contienen elementos nutricionales de gran calidad y la costumbre de comer cebolla cruda es de aplaudirse. Los que la comen tendrán siempre una circulación inmejorable, entre otros beneficios.

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